Se acerca Halloween y la tradición, al menos la importada, nos habla de calabazas redonzas con caras tenebrosas. Pero, ¿y si te proponemos otra cosa esta semana? Pintar es más sencillo que vaciar una calabaza, eso está claro, pero además el diseño lo puedes elegir tú. No tiene que ser necesariamente algo tenebroso, aquí te dejamos algunas ideas. Eso sí, no te olvides de la pintura, es mejor si es pintura acrílica. Eso sí, comienza por una superficie más pequeña y luego ya podrás ampliar a una calabaza más grande.
En primer lugar dibuja con un rotulador permanente el dibujo que quieres plasmar en las calabazas pintadas. Protege con papel de periódico o papeles que no necesites la superficie sobre la que vayas a pintar la calabaza y ¡comienza la diversión! En el caso de pintura acrílica si quieres hacer más de una capa para que el color tenga más intensidad, tienes que dejar secar la pintura y también si quieres añadir unos colores sobre otros, para que no se emborrone todo.
Si te gusta la purpurina o los colores más metálicos, no te cortes y decora a tu gusto las calabazas. No tienen por qué ser con motivos «hallowinescos» únicamente, puedes dejar las calabazas decoradas durante todo el otoño y dar a tu casa un toque muy especial. ¡Saca al artista que llevas dentro!