Dentro del mercado energético, existen gran cantidad de suministros que se pueden utilizar para los sistemas de calefacción; cada uno de ellos tiene una serie de ventajas e inconvenientes a tener en cuenta.
La decisión de utilizar una u otra depende no solo de ti, sino también del tipo de vivienda que vayas a alquilar o comprar. ¿Por qué? Sencillamente porque no todas ellas están disponibles a lo largo del territorio español.
Calefacción de gas natural
La calefacción de gas natural se considera uno de los sistemas más económicos para calentar un inmueble. El principal inconveniente es que la red de distribución todavía no está disponible en todo el territorio y algunas zonas pueden verse privadas de este tipo de energía.
Las distribuidoras están trabajando para ampliar estas redes de distribución, permitiendo que cada vez sean más personas las que puedan utilizar gas natural y favoreciendo ser más respetuosos con el medio ambiente.Utilizar el gas natural para la calefacción es muy beneficioso por el reducido coste de su suministro, pero también porque se trata de una energía que no se interrumpe como otras y, además, es un puente entre las energías renovables y las convencionales.
Calefacción eléctrica
Otro de los suministros que más habrás visto utilizar es la electricidad: todo el mundo tiene un contrato firmado con una comercializadora y en el mercado existen diferentes aparatos que permiten crear una atmósfera confortable durante los meses de invierno.
El mayor inconveniente que plantea lacalefacción eléctrica es el precio del suministro en sí, dado que suele ser mucho más caro que el gas natural, salvo para aquellas personas que cuentan con una discriminación horaria
Al igual que ocurre con el gas natural, la electricidad es un abastecimiento que no se interrumpe en ningún momento, salvo cuando salta el Interruptor de Control de Potencia (ICP), al haber necesitado más kilovatios (kW) de los contratados con la compañía.
Calefacción de gas propano
El gas propano es otra de las energías que se utilizan para aspectos como el agua caliente sanitaria (ACS), la cocina o la calefacción en los meses más fríos. De hecho, este tipo de abastecimiento se comercializa de tres formas distintas dependiendo de tus necesidades:
• Botellas de propano, que pueden ser de grandes o pequeñas
• Propano canalizado, donde un depósito abastece a un conjunto de viviendas
• Propano a granel, donde has instalado un depósito particular en tu casa y te suministra energía al inmueble.
Esta opción de calefacción es también muy utilizada, sobre todo en las zonas a las que todavía no ha llegado el gas natural o donde las temperaturas son muy bajas. Sin embargo, este suministro requiere un alto grado de mantenimiento y unas medidas de seguridad (instalación de depósitos), además, el coste es más caro que el de otras energías.
Calefacción de gas butano
El gas butano es ese abastecimiento que la gente utilizaba por excelencia en la mayor parte del país. Se trata de una energía comercializable en botellas que se almacenan en la vivienda, pudiendo ser utilizado para calefacción en las típicas estufas, para la cocina e incluso el agua caliente.
Sin embargo, el gas butano no soporta bien las temperaturas bajas, por lo que es común que se utilice en zonas templadas; su mayor inconveniente es la poca continuidad que tiene. Como cliente, tendrás que solicitar una bombona de butano cada poco tiempo y es posible que en alguna ocasión te quedes sin gas en el momento más inesperado.
¿Qué energía es mejor para la calefacción?
Como consumidor de energía estás acostumbrado a buscar nuevas ofertas, sobre todo al mudarte a una nueva vivienda donde no sabes bien lo que está contratado o qué energía se utiliza para la calefacción. Lo primero es informarte para poder ver qué opciones tienes.
El gas natural es una energía que cada vez convence a más usuarios por su bajo coste, pero también por su permanente suministro, la falta de mantenimiento que supone y porque es una energía muy eficiente. El resto de energías también tienen sus ventajas, pero incluyen más inconvenientes y eso puede suponer una diferencia incluso en el momento de ahorrar.