El 23 de abril se celebra el Día Internacional del Libro. Una fecha clave para todos los amantes de la lectura y, quizá, un buen momento para plantear la ubicación de nuestros libros en casa. Si eres, como una servidora, de esas personas que les encanta comprar y tener los libros físicos, es posible que a lo largo de tu vida hayas acumulado unos cientos de ellos y estén colocados en casa, pero sin un espacio concreto. Bueno, si es tu caso, te dejamos aquí algunos trucos para tener una biblioteca en casa.
Tener una ubicación
Quizá este punto cae de cajón, pero a veces tenemos los libros por las estanterías de la casa, o apilados en cajas que siempre nos prometemos organizar. Hoy en día encontrar una estantería no es muy complicado, e incluso se venden por módulos, con lo que puedes dedicar al espacio tanto como necesites.
Elige una habitación de casa en la que te sientas a gusto para dedicar los ratos de lectura y piensa en el espacio que tienes. ¿Es posible meter un armario de estanterías visibles? Hay a algunas personas que les gusta tener los libros en vitrinas, no es mi caso, prefiero que estén siempre a la vista y al alcance de todos.
Un orden duradero
Una vez te dispones a organizar esos tomos, la gran pregunta es: ¿Cómo los ordeno? Podemos elegir un sistema alfabético -no es mi preferido porque tengo algunas antologías o recopilaciones en las que se entremezclan varios autores- y tener los libros por apellidos de la A a la Z. También podemos elegir combinarlos por colores para que ofrezcan una imagen más visual -este sistema es bonito a la vista y para las visitas, pero un poco incómodo para encontrar el libro que estamos buscando, si tienes pocos libros quizá no sea difícil, pero con una cantidad considerable, la cosa se complica- y decore a la vez que alimenta el alma.
Mi preferido es dividir los libros por temáticas, como en una biblioteca, dentro de la temática, tiendo a juntar los de un mismo autor, aunque luego las ediciones sean diferentes y el resultado sea un poco «ecléctico», pero en cuestión de gustos no hay nada escrito. Da igual el método que elijas, siempre y cuando pueda perdurar en el tiempo y que puedas recordar cómo encontrar un libro, pues es el objetivo final.
Conserva tus preferidos y descarta
Cuando hablo de descartar, no me refiero a tirar. Los libros, incluso esos que no nos han gustado y sabemos positivamente que no vamos a volver a leer, tienen segundas, terceras y hasta cuartas vidas. Puedes donar los libros que no te hayan gustado o que no quieres conservar, o puedes venderlos a tiendas de segunda mano. No los tires porque otra persona podría encontrar un tesoro en esas páginas.
En cuanto a tus preferidos, a los que vuelves una y otra vez, intenta tenerlos a mano, o al menos saber que puedes encontrarlos fácilmente entre los demás libros. No está demás tener una mesita cerca y poder dejar los libros que estamos leyendo para tenerlos siempre cerca y que nos recuerden lo mucho que los disfrutamos.
Ordena por comodidad
No todos los libros tienen que estar en el mismo sitio. Hay veces que tenemos una amplia colección de libros de cocina y que los consultamos mientras preparamos la comida. Puedes organizar un estante cerca o en la misma cocina, siempre teniendo cuidado de los olores y las grasas que puedan acumularse. Otras veces tenemos libros que necesitamos consultar por motivos de trabajo, no los pongas en el estante de ariba del todo o te dará pereza llegar a ellos y puede que los saques menos de lo que deberías.
Antes de poner a organizar la biblioteca, piensa cuál es el sistema que mejor va con tus gustos e impleméntalo. Si no te gusta, no pasa nada, siempre puedes intentarlo con otro hasta que des con el que mejor se adapta a ti.
¡Feliz Día del Libro!