EBD Llegan las navidades y con ella las celebraciones entorno a una mesa, ya sea en Nochebuena, el día de Navidad, Nochevieja, Año Nuevo, el día de Reyes, o cualquier otra otro día que sirva como excusa para reunirse con amigos y familia.
Lo que se va a comer es importante pero los pequeños detalles en la mesa también lo son, la cristalería, los cubiertos, la mantelería, la iluminación… todo tiene que estar perfecto para que nuestros invitados se sientan como en casa. Aquí os dejamos algunas ideas que pueden ayudar a que sea una comida inolvidable.
Más informal que la cena con la familia, aunque no por ello debemos descuidar los detalles. En la mesa, una buena opción es sustituir los típicos centros de mesa navideños que tanto gustan a nuestras madres y hacer, por ejemplo, uno diferente colocando fotos del grupo de amigos en diversos momentos divertidos. Sólo tenemos que elegirlas y colgarlas con unas pinzas en unas cuerdas. Tampoco hará falta usar mantelería de hilo ni cubertería de plata. Una mesa con platos de colores vivos y que no tienen por qué ser de una misma vajilla quedará más acorde y festiva. ¡No olvides preparar una zona con complementos divertidos para haceros más fotos a modo de photo-call!
Huir de los grandes grupos, tanto de familia y amigos, en ocasiones puede resultar mucho más agradable y, sobre todo, menos estresante. Una de las grandes ventajas de una cena de a dos puede ser la de cocinar menos, fregar menos y dedicarse más a disfrutar de la compañía de la otra persona. Pero no caigamos en los tópicos de llenar la mesa de corazones o flores, que para San Valentín quedan dos meses. Una mesa que combine los colores rojos y plateados o dorados puede resultar elegante y sencilla si no nos pasamos con los detalles. Eso sí, elegiremos velas para dar ese toque íntimo. ¿Qué tal unos candelabros a juego con los colores de los platos?
Casi el 100% de las familias españolas cenan en torno a una gran mesa. Aquí sí que sacamos todos los accesorios, centros de mesa, cuberterías y tipos de vasos que quedan guardados durante el año. Montar una mesa de Navidad para cenar con los tíos, los primos, los padres y los hermanos, es como hacer una ensalada, admite de todo. Así que no te preocupes si no has podido colocar todos los adornos que compraste para el árbol y ponlos sobre la mesa. Es cierto que antes de ponernos a cenar tendremos que hacer sitio para la comida pero ¡aquí todo vale! Incluso cantar villancicos con los suegros nos parecerá divertido.
Aunque digan que quieren sentarse a la mesa de los “mayores”, se lo pasan mejor en una mesa sólo para ellos donde puedan tener sus charlas, risas y tal vez algunas travesuras lejos de las miradas de atención de sus padres. Si aun así se resisten, les prepararemos unas brochetas de chuches y unos aperitivos con formas divertidas, batidos de frutas y serpentinas para que puedan lanzarlas a sus compañeros de mesa. Seguro que no quieren ni oír hablar de sentarse en la mesa con mayores de 12 años.
¿Y por qué no atrevernos con una mesa temática? Aunque no vayamos a cenar con incondicionales de Juego de Tronos, fans de los Bee Gees o coleccionistas de figuritas de acción, podemos dar un toque original a nuestra cena de Navidad tematizando la mesa en torno a una película, un grupo de música o una afición específica. Si además los invitados conocen con antelación la propuesta y se animan a venir vestidos acorde al tema elegido, la diversión (y las buenas fotos para colgar en redes sociales) está asegurada.
Fuentes:
La Vanguardia
Guía Repsol