Feng Shui (风水) literalmente significa «viento y agua», es una técnica basada en los cinco elementos de la naturaleza para crear armonía tanto en el hogar como en tu espacio de trabajo. Esta corrienta trata de equilibrar las energías positivas y negativas colocando de manera clave los objetos en el interior del espacio.
No necesitas creer en esta tradición, pero el Feng Shui trata de ayudar a crear un espacio lleno de armonía y personalidad.
Orden y limpieza
Sin lugar a dudas, el punto de partida ha de ser el orden y la limpieza, deshacerte de las cosas innecesarias para que la energía fluya libremente. Evita tener muebles y decoraciones que no sean seguras, porque, según el Feng Shui, podrían bloquear la libre circulación de la energía positiva.
Los cinco elementos asociados a los puntos cardinales son fuego, agua, tierra, madera y metal. Cuando dos elementos opuestos se unen, pueden surgir relaciones de conflicto o de desequilibrio, mientras que si se trata de elementos de la misma naturaleza, puede aparecer la armonía.
Luz
Es necesario dar una sensación de luminosidad a los espacios, por lo que el Feng Shui propone colores cálidos o neutros para estancias como el recibidor y el salón. Si quieres crear un ambiente en el salón que propicie encuentros positivos, potencia la luz natural y la buena ventilación, al menos cada dos días. Las plantas son un elemento natural que consigue atraer energía positiva.
Como dato, si puedes elegir dónde ubicar el salón, mejor que sea hacia el este y con los sofás en forma de L nunca enfrentados, ni de espaldas a la puerta. Los colores también se asocian a los cinco elementos que presentamos antes, pero aquí los vamos a desglosar un poco mejor: el color azul, relajante y para favorecer la comunicación, es un buen color para el salón y el baño, que necesita, este último, de tonos más bien fríos. El amarillo puede ir perfectamente en la cocina puesto que no solo da vigor, sino que favorece la digestión. Los tonos neutros, suaves, favorecen el descanso en el dormitorio. Pero este código de colores no tiene que ser necesariamente para las paredes, sino también en los detalles con los que decoramos nuestra casa.
Materiales
El Feng Shui recomienda materiales nobles, como tejidos naturales y madera. Además, busca la combinación de colores, si las paredes y los muebles son neutros, combinálos con cojines de colores.
La cocina y el baño, espacios controvertidos
¿Por qué la cocina y el baño son dos espacios controvertidos? Por la presencia del agua, que simboliza el dinero, la fortuna o la salud. Y es por donde se escapa la energía positiva del hogar. El baño no puede estar frente a las puertas de entrada de casa y no se recomienda cerca del comedor, escalera o la cocina. El inodoro está mejor detrás de la puerta o en un lugar poco visible para reducir el efecto negativo del desagüe, aunque una manera de neutralizar la energía negativa es mantener siempre cerrada la tapa del inodoro.
Trata de que no haya filtraciones o goteras y mantén un espejo grande en el baño, puesto que aporta un flujo de energía positiva. En la cocina intenta mantener la pila de agua alejada del fuego, ya que al ser elementos opuestos conllevan una mala afluencia de la energía. Si no es posible, sepáralos con un elemento de madera o metal. Y mejor si pones todos los electrodomésticos asociados al fuego (horno, microondas, tostadora) a un lado y los asociados al agua (lavavajillas, lavadora) al otro.
Feng Shui en el dormitorio
Es quizá una de las habitaciones que más nos preocupa, precisamente porque es nuestro área de descanso. Evita a toda costa que frente a la puerta queden o caigan nuestros pies, en la tradición China esta posición hace referencia a la muerte. En el caso que tengamos una estancia con baño o «pared con pared» debemos de evitar acercar la cama al baño.
Evita estampados y colores estridentes en el dormitorio y la pared en la que se apoya el cabecero ha de ser la más alejada de la puerta. No prescindas del cabecero puesto que aporta respaldo y seguridad. Las mesillas y lámparas de noche son buenas para obtener protección a ambos lados, aunque no sean idénticas.
En los dormitorios de matrimonio o el de los niños los espejos no son buenos aliados puesto que suscitan un efecto multiplicador de nuestro movimiento y nuestra imagen. Y sobre todo, ningún espejo frente a la cama.